ASPECTOS ARQUETÍPICOS
La Rueda de la Fortuna es evidentemente amoral. Guarda poca relación con la Justicia.
El monstruo que guarda la Rueda no le proporciona fuerza motriz. Las dos criaturas desesperadas son las que le proveen energía.
Psicológicamente, es labor de cualquier ser que va en busca de
autoconocimiento liberar las energías animales atrapadas previamente en
el círculo repetitivo de los instintos de manera que esta líbido se
pueda usar de forma más consciente.
Solamente dejando girar a nuestra imaginación con la Rueda de la esfinge
podremos evitar el quedar atrapados en su red de pensamientos
circulares.
La Rueda se mueve a través del tiempo, saltando en contínuos ciclos de vida, muerte y renacimiento.
Hay un gran número de opuestos en la Rueda, por ejemplo: Movimiento y
estabilidad, trascendencia e intrascendencia, lo temporal y lo eterno.
Estos opuestos trabajan juntos.
En el centro, lo subjetivo e ideal y en la periferia, lo objetivo y real.
Como muestra la Rueda al girar, cada parte de su circunferencia contiene
el gérmen de su parte opuesta. El pasado emerge en nuestro presente y
el presente va irremisiblemente hacia el futuro.
Quien olvida la historia está condenado a repetirla.
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