ASPECTOS ARQUETÍPICOS
La Fuerza simboliza la parte femenina del subconsciente humano. Ella
actúa como mediadora entre el Ego y los más primitivos poderes de la
psique.
Con su ayuda el Héroe se dará cuenta de las fuerzas instintivas que
lleva dentro. Lo ayudará a domesticar su naturaleza animal de modo que
ya no se encuentre totalmente bajo su dominio. La naturaleza humana del
Héroes es capaz de hacer frente a su naturaleza animal.
Cuando la consciencia humana reconoce ya acepta su naturaleza primitiva
no sólo se libera del poder autónomo del instinto sino que se libera y
transforma también todo su aspecto instintivo.
La magia de esta mujer es la de la relación humana, se ocupa de lo
concerniente a la persona. Con sus manos desnudas explora las
dimensiones de la bestia y sus necesidades, mientras que al mismo tiempo
le comunica su propia fe, esperanzas y ambiente. Si el león está
hambriento y no lo atiende convenientemente, se la comerá en cuerpo y
alma.
Cuando intentamos dar la espalda a esa "bestial" parte de nosotros, ésta
se vuelve más rabiosa y vengativa. Si ignoramos sus necesidades, nos
podemos ver visitados por una enfermedad psicosomática.
Como muestra esta mujer, necesitamos contener nuestros afectos para llegar a contactar con ellos.
La mujer se acerca al león con suavidad y calma, indirectamente, desde atrás del león (desde su lado inconsciente)
Domada por la magia de la mujer, la bestia nos ofrece libremente su "miel". No necesita matarlo para lograr ese don.
La dama de La Fuerza está tratando con una fuerza natural que puede ser domesticada e integrada en cierta manera.
El león personifica el "querer" del sí-mismo. Sin la sangre del león
seríamos marionetas que obedecen irracionalmente los mandatos de los
demás. Sin la autoridad y guía de nuestro Emperador interior estaríamos
aún viviendo en las cavernas. Entre estos dos extremos, la dama maga
actúa como mediadora.
La fuerza del león es ambivalente, puede a la vez dar vida y desturírla.
Su orgullo y ansia de poder son legendarios. También tiene el instinto
de ser redimido que también puede devorar nuestra humanidad
conviriténdonos en fanáticos religiosos.
Si permitimos actuar libremente a nuestros instintos, sin restricción, estos pueden volverse contra nosotros y destrozarnos.
Los peligros que atemorizan al hombre civilizado son los instintos suprimidos o lesionados.
El hombre civilizado debe cuidar al animal que lleva dentro haciéndose su amigo.
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