[7] EL CARRO (Según Carl Jung)

ASPECTOS ARQUETÍPICOS

Es un rey (Ego) joven, lo que indica que trae consigo nuevas energías e ideas, cada viaje ofrece numerosas oportunidades para nuevos conocimientos y también lo expone al riesgo de la desorientación.

Parece saber a dónde va y estar ya en camino.
Marcha hacia la vida para explorar sus propias potencialidades y examinar sus propias limitaciones.

Los caballos simbolizan los polos positivo y negativo de la energía animal tal y como existen en toda la naturaleza: El aspecto físico y el aspecto espiritual.

Como todo vehículo de dos ruedas, requiere el perfecto equilibrio del conductor.

Una rígida barra horizontal separa el "ARRIBA" y el "ABAJO". Separa la fuerza conductora (el conductor) de la energía del institnto que puede impulsar hacia adelante (los caballos). El rey se representa a sí mismo como superior a sus instintos humanos.
Soñando metas futuras, ignora las realidades de su reino (las plantas verdes que los caballos pisotean)
La victoria sobre las dos mujeres ha dado al Enamorado una noción exagerada de su Ego masculino. Imagina ahora que está por encima de toda naturaleza instintiva.

Si este Ego tan joven imagina que posee poderes y derechos sobrehumanos, se encuentra destinado a sorpresas desagradables. Su Ego se ha identificado con una figura arquetípica (se imagina que se ha convertido en...) y trasciende los límites humanos.

A pesar del aspecto negativo de la situación del joven héroe, El Carro marca un punto muy importante en su desarrollo.
Para que su reino interior no se convierta en un desierto estéril debe también combatir y derribar al dragón de la inercia.

Como los dos caballos volubles sugieren, el problema básico es el equilibrio.

El Carro representa al héroe embarcado en la búsqueda de su autorrealización y es guiado por poderes invisibles que manejan riendas también invisibles.

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