ASPECTOS ARQUETÍPICOS
El Emperador puede considerarse como el principio activo masculino, que ha venido a poner orden en el jardín de La Emperatriz.
Es el arquetipo del Padre, se inicia la ley masculina del espíritu sobre
la naturaleza. Esta ley es la encarnación del Logos o principio
racional. Éste ordena nuestros pensamientos y energías conectándolos con
la realidad de manera práctica.
Su postura es de paz, donde no espera ataque del exterior ni traición del interior (no lleva espada)
El imperio que ha creado es de un gran refinamiento cultural. Su reino
se ganó duramente. La lucha del hombre por la consciencia comporta
esfuerzos sobrehumanos pues la Madre Naturaleza guarda su reino
celosamente.
El Número 4 sugiere que su perspectiva abarca las 4 dimensiones de la
vida. Simboliza plenitud y equivale a la ley y el orden. No sólo marca
el fin de un ciclo, sino que nos provee la fuerza necesaria para el
inicio de uno nuevo.
Con el Número 4 concluye la fase de la creación iniciando al mismo
tiempo un nuevo tipo de creación: la civilización. Es el resultado de
todo lo que ha pasado con anterioridad y es, a la vez, la promesa de un
crecimiento enteramente nuevo.
El espíritu conductor del Emperador nos ayuda a examinar las realidades
de nuestra condición humana y a relacionarnos con ella de manera
consciente y creativa.
El Emperador proporciona permanencia, estabilidad y perspectiva.
El Emperador y La Emperatriz son, como su nombre indica, una pareja unida. Uno no puede actuar creativamente sin la otra.
El Emperador reina a través del Logos y del pensamiento; La Emperatriz
está conectada con el Eros y con el sentimiento. (LOGOS: aquello a
través de lo cual se expresa el pensamiento interior)
Para El Emperador, el hecho objetivo es la verdad, para La Emperatriz lo primordial es el hecho interior.
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