La Torre representa la destrucción implacable que "llega desde el cielo". Es un cambio repentino y dramático de una situación o de un aspecto determinado de nuestra vida.
Está referido a todo aquello que ya no tiene razón de ser, de lo que debimos haber cambiado o modificado con anterioridad y no lo hicimos y que luego la misma realidad se encarga de destruir.
Pueden ser cuestiones en las que no hemos tenido responsabilidad directa y que igualmente nos afectan, pero por lo general esta destrucción se produce por nuestra propia irresponsabilidad, inacción, falta de previsión o desidia...
Es un desafío a la sensación de seguridad que hasta ahora hemos tenido, una prueba a la solidez de nuestras convicciones. Lo más probable es que en esta destrucción y caos tengamos alguna dosis de responsabilidad y si es así, lo más conveniente es esperar a que la polvareda se asiente para poder ver con mayor claridad y tener la posibilidad de hacer una evaluación más precisa de la situación...
Lo más seguro es que hayamos permanecido estancados durante demasiado tiempo porque nos sentíamos cómodos o seguros y no hemos hecho los cambios que la realidad nos iba marcando como necesarios, persistiendo en conductas y formas de ser que ya no nos sirven y que terminarán siendo destruidas porque ese es el único destino posible y sin que podamos hacer nada al respecto...
Pero como todo tiene sus dos lados, a pesar del dolor y del desasosiego que esta destrucción seguramente producirá, también nos da la oportunidad de un nuevo comienzo, de volver a empezar y de hacerlo mejor esta vez...
Por esto debemos considerar a La Torre como negativa o positiva según las cartas que la rodean...
Como claves para su interpretación, podemos considerar estas palabras:
Cambio repentino y dramático.
Proyecto catastrófico.
Pérdida o ruina.
Nuevo comienzo.
Volver a empezar.
Aceptar el caos y el cambio.
Incapacidad de prever problemas y dificultades.
Ignorar peligros.
Accidentes inesperados...
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