Por más que en prácticamente todas las representaciones se muestra a una mujer abriendo la boca del león con sus propias manos, es evidente que no se trata de la fuerza física de la que nos habla.
Se refiere a la fuerza de voluntad, a la fuerza de carácter o a la fuerza moral (o virtud).
Hace referencia al dominio de los instintos básicos, salvajes. De la parte animal que todos llevamos dentro.
Es el esfuerzo por dominar los impulsos, a trascender lo que desea el instinto animal y a disciplinarse a la disciplina que recomienda el Yo Superior...
Tiene directa relación con la disciplina y la autodisciplina.
También se identifica con la personalidad, la energía, la vitalidad, la voluntad y la pasión sin violencia.
Es la fuerza interior que mueve el espíritu. La confianza en la razón. La reivindicación de lo que es justo.
Así mismo, puede identificarse con la fuerza de la madre protegiendo a sus hijos.
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