El Loco no tiene número en el Tarot Marsellés. Puede ubicarse al comienzo o al final de los Arcanos Mayores. En realidad es un personaje que "sobrevuela" a todos los demás. Puede aparecer en cualquier momento.
Está representado por una multiplicidad de colores que en cierta manera indican su carácter anárquico y muchas veces, confuso.
Su capucha es mayormente amarilla con detalles en rojo.
El amarillo aporta luz, vitalidad, expansión, intensidad, excitación y jovialidad. Los místicos le atribuyen la potestad de vencer todos los males y alejar todos los peligros.
El color rojo es el de la pasión, la vitalidad, el fuego, la energía.
Asociados a El Loco, trasuntan una cuota de inconciencia o hasta irresponsabilidad que muchas veces se manifiestan inoportunamente, aunque en otras ocasiones son la fuerza vital que hace que podamos realizar lo que "normalmente" no nos animaríamos a hacer o acciones que racionalmente seríamos incapaces de llevar a cabo.
También hay amarillo en la guarda sobre los hombros, en el lazo ceñido a la cintura y en el reborde inferior de su chaqueta.
Dicha chaqueta está hecha a listones verdes y rojos, lo que indica un maridaje entre la naturaleza y lo humano. Los listones están dispuestos verticalmente, lo que sugiere la conexión entre la tierra y el cielo, entre lo humano y lo divino. El verde es exhuberancia, fertilidad, crecimiento, estabilidad, armonía.
El lazo ciñe estas características aportándole intensidad y junto con su carácter jovial, una nueva vitalidad.
Las mangas de la chaqueta son de color celeste que representa a aquellas personas retiradas de la vida mundana para dedicarse al bien y las causas más nobles, porque El Loco no es ni bueno ni malo en sí mismo. Tampoco tiene una moral determinada, sino que es amoral. No se guía por los parámetros "normales" del bien y del mal. Tiene su propia escala de valores.
Su mano izquierda (la del corazón o la del inconciente) sostiene una especie de cetro del que pende una bolsa. Ese "cetro" también es celeste, mientras que la bolsa es color "carne", es decir, todo lo que es humano. Virtudes y defectos, sentimientos, pensamientos, grandezas y pequeñeces. Este hombre, este Loco supedita todo lo humano a su singular escala de valores. Además, vemos que ese brazo que sostiene el cetro y la bolsa está de tal manera que lleva estos dos artículos apoyados en el hombro derecho. Es decir que lo que El Loco haga, proviene del inconciente y se manifestará en lo conciente, por eso ni él mismo lo puede gobernar. Puede surgir cualquier cosa en cualquier momento. Incluso cuando sea o parezca más inoportuno. Así como también puede darnos el impulso para iniciar alguna acción que, como dije antes, concientemente seríamos incapaces de hacer.
Reforzando esta idea, podemos ver que él también camina de izquierda a derecha. Es decir, del inconciente hacia la conciencia.
El perro, también de color celeste, parece impulsarlo o acompañarlo de manera juguetona. También puede estar advirtiéndole de algún obstáculo en el camino ya que vemos que El Loco camina despreocupadamente, mirando hacia un costado sin prestar atención hacia adelante.
El bastón y los zapatos que lo ayudan a avanzar son de color rojo. Es decir que lo impulsa y lo sostiene la pasión, la energía y la vitalidad.
Tanto la camisa que se ve que le cubre los brazos, así como el pantalón o calza que lleva puestos, son de color carne. Esto indica que el personaje, a pesar de sus características tan heterodoxas, es completamente humano. Es una parte esencial de nosotros mismos.
En definitiva El Loco, sin dudas, representa nuestro inconciente...
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